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Las Vidas de los Santos
y Fiestas Litúrgicas

San Willibrordo

Obispo

7 de noviembre

La evangelización de Alemania, más allá del Rin, comenzó en el siglo VII, a finales de la época merovingia, gracias a la obra de los monjes irlandeses y anglosajones. Logró su máximo desarrollo en el siglo siguiente con la acción misionera de San Bonifacio.

Vilibrordo nació en Northumbria en el año 658. Ingresó a la vida monástica, viviendo en su tierra hasta que el Abad Egberto lo envió a Frisia, la actual Holanda, donde desarrolló su acción apostólica.

Este monje, a quien los biógrafos describen pequeño de estatura, cabellos negros, de delicada salud, ojos profundos y vivos, encarna muy bien la figura del monje occidental: un trabajador que no conoce descanso ni crisis de desánimo, austero, prudente, leal, tenaz, devoto del Papa. Se había formado en la abadía inglesa de Ripon, y a los 20 años pasó a Irlanda para perfeccionar su cultura teológica bajo la guía del abad Egberto, que lo consagró sacerdote a los treinta años.

Después de los contratiempos sufridos por la misión de Vilfrido, Vilibrordo fue enviado con once compañeros a Frisia. La victoria de Pipino de Herstal contra el rey Radbod en el año 689 facilitó la empresa. El duque los recibió con todos los honores.

Pero Vilibrordo, antes de comenzar su obra de evangelización, quiso ir a Roma para obtener el beneplácito del Papa Sergio I, el cual aprobó su misión y lo animó. De regreso a Frisia, el monje escogió Amberes como centro de su apostolado. Con el tiempo, Utrecht llegaría a ser la más famosa de sus fundaciones.

Para la fundación de la nueva diócesis de Frisia, Vilibrordo fue nuevamente a Roma, en donde el Papa Sergio I lo consagró obispo el 21 de noviembre del año 695 con el nombre de Clemente. Desde este momento emprende una infatigable labor misionera que comprenderá desde los valles del Rin hasta Dinamarca. En Echternach, Luxemburgo, había fundado un pequeño convento, y allí murió el 7 de noviembre del 739 a los 81 años de edad.

Fue un hombre de oración y acción. Pastor infatigable, supo organizar su diócesis con un gran sentido de la autoridad que le permitió, gracias a la formación de los obispos auxiliares, evitar el fraccionamiento de las Iglesias debido a la dispersión de la actividad pastoral.


Fuente: http://www.es.catholic.net/

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