San Efrén
Diácono y Doctor de la Iglesia
9 de junio
No es críticamente cierta la cronología ni la historia de este gran Santo que ha llegado hasta nosotros con los piropos de "Arpa del Espíritu Santo, Cantor de la Virgen Inmaculada, Profeta de los sirios, Maestro del Orbe...".
Poco sabemos de su niñez. Algunos historiadores creen que sus padres eran cristianos por la sencilla razón de que los nombres bíblicos solamente solían ponerlos a sus hijos los cristianos. Por otra parte parece confirmado por cuanto él mismo cuenta que se aplicaba a sí mismo las interpretaciones que la Biblia da de los nombres parecidos al suyo. El en su "Testamento" cuenta que tuvo un visión de niño que fue así: "Vi - dice - aparecerse sobre mi lengua una vid que creció tanto hasta que sus ramas cubrieron casi el mundo entero; de sus numerosísimos racimos picoteaban los pájaros del cielo y nunca la uva venía a menos, sino que aumentaba a cada picoteo...". Era la visión profética de lo que sería su gigantesca obra con sus escritos tan numerosos y bellos que después serían traducidos a casi todos los idiomas conocidos y su doctrina sobre Jesucristo, y demás temas eclesiales, especialmente la Virgen María, se extendería a todo el mundo.
Nació en Nísibe de Mesopotamia, la actual Irak por el 306.
Parece ser que Efrén se puso al servicio del Obispo de Nísibe, que era el santo varón Jacobo y éste le encomendó que abriera una Escuela en la que se enseñase, sobre todo, la Sagrada Escritura. Allí Efrén dio comienzo a escribir sus famosos Carmina Nisebina.
Efrén salvó la ciudad de Nísibe del saqueo y muerte, amenazada por el rey persa Sapor. Efrén se puso en oración y pidió fervorosamente por la ciudad. Y la noche anterior al saqueo el Señor envió una tal cantidad de insectos a los soldados sitiadores que les obligó a huir precipitadamente.
En Edesa fundó otra Escuela Bíblica que grandemente influyó en todos aquellos contornos y aún más allá. Hasta los más ignorantes citaban las Sagradas Escrituras, pues la conocían de memoria. Las mismas mujeres citaban la Biblia en cualquier circunstancia y con gran acierto. Se cuenta que una mujer que fue corregida por el Santo por sus miradas provocativas le contestó: "Yo tengo que mirarte porque de ti he sido tomada, más tú tienes que rebajar tu mirada hacia la tierra, de donde has sido tomado".
Su encuentro con San Basilio, cuyo nombre llenaba toda la cristiandad, fue emocionante como el mismo San Efrén nos lo cuenta. Era por el 370. Después de las respectivas presentaciones, le dijo San Efrén: "¡Oh Padre mío, guárdame de mi debilidad y de mis negligencias; dirígeme por el camino recto, el Dios de las inteligencias me ha traído hasta ti para que seas mi médico. Detén mi navío en la onda del reposo!".
Efrén, sobre todo, es poeta, un inspiradísimo poeta como pocos hayan existido en toda la historia de la humanidad. Tiene preciosos comentarios a las Sagradas Escrituras. Encantadores sus "Himnos fúnebres". Compuso muchos himnos y comentarios preciosos sobre la Virgen María, especialmente sobre la Inmaculada. Bien ha merecido el título de "Cantor de la Virgen Inmaculada".
La caridad ardía en sus entrañas. Dio cuanto tenía para los pobres. Ya anciano se puso a edificar un hospital para sus conciudadanos de Edesa. Ellos llorarán su muerte como la del padre más amado. A pesar de ser simplemente Diácono hará el oficio de sacerdote, de obispo y de papa, ya que su influjo en la Iglesia de su tiempo no fue superado por nadie. Santamente volaba al cielo el 373 ordenando que no se le hicieran honras fúnebres aunque en esto sus hijos espirituales no le hicieron caso.
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